Ralf se alza con el Campeonato. Rodado y Rustu completan el podio.
Toyota, campeón de constructores.
Espectante se encontraba el público concentrado en las gradas almerienses del circuito de Garrucharing, a la espera de ver el desenlace final de una temporada apasionante, que deja para su último Gran Premio toda la espectación de los puestos de Podio y el Campeonato de Constructores.
Avanzada ya la tarde, sobre la arena rojiza y el asfalto ardiente que lentamente el sol acariciaba con sus últimos rayos, numerosos aficionados se dieron cita para presenciar una de las míticas carreras que han deparado espectáculo y emoción tanto dentro como fuera de las pistas, llevando el circo de la K1 hasta los puntos mas meridionales de la península Ibérica.
Marcada por ausencias notables como Canei y Carlos Isidro por paternidad, la K1 lamentaba que la gran afluencia de pilotos de temporadas anteriores se viese reducida por los problemas surgidos ante la Federación de las grandes marcas de neumáticos que calzan los monoplazas, que no llegaron a un acuerdo antes de que se disputase el gran premio y decidieron no acudir a la gran cita. Sin duda los más perjudicados eran los Red Bull, que tenían a su piloto Dani en el podio, que lamentaba considerablemente la desición tomada, y dejaba entrever su tristeza por la impotencia de no poder defender la tan merecida tercera posición. Los BMW, Jordan, Minardi, con un Clua dolido, Renault, y McLaren esperaron en los boxes, ofreciendo para el aficionado un espectáculo triste que con seguridad no volverá a repetirse.
La parrilla de Salida la componían David, Nigel, Rubinho, Vicente, Jefecillo, Rustu, Rodado y Ralf. La igualdad sobre el asfalto era notable, y sin duda la estrategia, la posición en salida y la destreza iban a ser determinantes en esta ronda para marcar los mejores tiempos y definir la parrilla de salida de la gran final.
Los nervios estaban a flor de piel, con Ralf jugándose el campeonato, y Luiggi Rodado, segundo en la clasificación, mirándole desde una posición más adelantada. Ferrari además veía como se jugaba en esta carrera todas sus bazas para desbancar a Toyota de la primera plaza de Constructores, con un Rubinho poco inspirado a lo largo de todo el campeonato, que veia ahora como su posición privilegiada, por delante de los Toyota, podría favorecerle.
Los Williams, con el pie sobre el acelerador buscaban reivindicar una vez más que este es su circuito, aunque Bar-Honda iba a ponérselo muy dificil.
Nada más comenzar la carrera, una aglomeración en la curva de derechas tras el paso de meta, por la baja velocidad a la que la tomaban los Honda, provocaba que Vicente demostrara su habilidad al adelantar a Rubinho. Desde atrás la carrera se convertía en una lucha constante por alcanzar las primeras posiciones, demostrando que los puntos iban a estar reñidos, por la fiabilidad de los ferrari (Ralf demostraba que quería el podio aunque rodaba por detrás de su compañero Rubinho), el pilotaje de David, la seguridad que mostraba el toyota de Rustu, y Luiggi Rodado que, conocedor de las mieles del éxito con su segunda posición en la general, buscaba acercarse a los pilotos que le precedían. En cabeza de carrera, Vicente se desembarazaba de Nigel y David, cumpliendo órdenes de equipo se dejaba adelantar haciendo de tapón al resto de pilotos mientras su jefe de filas Vicente se escapaba. El ritmo de esta manga fue frenético en las primeras vueltas, hecho que permitió a pilotos experimentados como Rustu ir ganando posiciones, colándose por el interior al hermanissimo, y adelantando de una tacada a Nigel y David. La carrera, con los Williams dominándola, se presentaba muy dura para el resto de pilotos, ya que David se mostraba imbatible. La parrilla quedaba sentenciada en la cabeza, cuando Vicente (BMW-Williams) comenzó a abrir hueco entre sus perseguidores. Toyota parecía asegurar el segundo puesto, y Rubinho luchaba con Nigel y David por el Tercero, aunque el caballino tendría que conformarse con la quinta plaza por detrás del honda y del BMW. Luiggi Rodado, Ralf, y Jefecillo completarían la parrilla en la gran final.
Esperando con impaciencia la luz verde del semáforo, el sonido ensordecedor de los nuevos motores auguraban una carrera épica, y no defraudaron. Una salida espectacular de Bar-Honda, con Nigel al volante, puso a su monoplaza en segunda posición, abriendo un hueco importante entre sus perseguidores, permitiendo que Vicente, con otra espectacular salida, se escapara abriendo una distancia que a la postre sería insalvable. Era la primera curva y el espectáculo ya estaba servido. Por atrás Rustu T.parecía volar con su Toyota, ante el acoso de David y Rubinho, mientras Rodado sufría las embestidas de Ralf y Jefecillo.
Vicente se marchaba solo, y observaba como tan solo el Toyota de Rustu T. se desembarazaba del grupo de perseguidores y se asentaba en una tranquila segunda plaza. La lucha entre Nigel, David y Rubinho deparaba puro espectáculo para el aficionado. Rubinho estuvo aguardando su momento, y lo encontró en la trazada larga de la curva al final de la recta de meta, colando el morro en la parte interior de la curva, apurando la frenada y colocando su monoplaza en paralelo al BMW al salir de la curva, ganándole el lado bueno, en una situación de tensión ya que los tres monoplazas parecían rodar en paralelo sobre la pista. Sin embargo la osadía de Nigel permitió que éste defendiera la tercera posición, ante las continuas embestidas de Ferrari.
La carrera en su parte de atrás era pura estrategia, una lucha encarnizada entre el Ferrari de Ralf, el Bar-Honda de Rodado y el Toyota de Jefecillo, que disputaban el campeonato de constructores. Llegando hasta la curva de final de pista el Toyota apuro más la frenada y se coló sobre el piano por delante de Ralf, que seguía su estela en la chicane. Tras la salida de la curva de 180 grados de boxes, y en la doble chicane, era Rodado el que se confiaba y era alcanzado por Jefecillo que en una maniobra similar se colaba por el interior de la curva a derechas, metiendo el morro y aguantando la embestida del Honda. La situación era problemática para Ferrari, que veia como su piloto Ralf era relegado a la última posición. Sin embargo la casta le hizo recuperarse y mantener una lucha encarnizada con otro piloto experimentado, Rodado, hasta rebasarlo, teniendo un único objetivo: cazar al Toyota.
La cabeza de carrera deparaba un espectáculo distinto, sin duda más emocionante y atractivo para el espectador, ya que Nigel estaba reivindicándose sobre las pistas como un piloto capaz de lo mejor, defendiendo con uñas y dientes la tercera posición. La destreza en la trazada de la chicane, le permitia mantener unos milímetros de distancia con respecto a sus perseguidores, mientras que Rubinho parecía preocuparse más de las embestidas de David, que de intentar rebasar al Honda.
Vicente, muy seguro, demostraba que la ausencia en algún gran premio es más que suficiente para quedarse descolgado del campeonato, aunque aquí estaba demostrando por qué fue campeón la temporada pasada. Tan solo un error le privaría de una nueva victoria, porque el toyota perseguidor que rodaba en segunda posición se encontraba muy alejado. Mientras tanto la zona de atrás se mostraba calculadora, defendiendo los intereses de equipo, con Ralf acosando al Jefecillo hasta el punto de rebasarlo en una apurada de frenada que el Ferrari no supo ejecutar con destreza, arrastrando al Toyota hasta la arena viendo como Luiggi aprovechaba el error para adelantar a los dos monoplazas accidentados de manera fácil.
Los aficionados jadeaban ante la bandera a cuadros ondeando sobre el circuito de Garrucharing a la entrada de Vicente. Le seguía Rustu, que alcanzaba el tercer peldaño del cajón en la General con este segundo puesto, en un espectacular final de temporada, mientras Nigel, alzando los brazos, celebraba con su público un podio que sabía a oro y que había peleado de principio a fin.
Rubinho, gran decepción de la temporada, entró cuarto seguido de David, que completó una gran actuación.
Luiggi Rodado alcanzaba la sexta posición, sumando cinco puntos vitales para defender la segunda plaza del campeonato, seguido de Ralf, que veía como ganaba el II CAMPEONATO FORMULA K1 aun entrando en séptima posición, con el sabor agridulce de haber perdido el campeonato de constructores, que se llevaba Toyota, con un Jefecillo que entrando octavo permitía alzarse con el título.
Una gran jornada de Karts en el Gran Premio de Garrucharing, que ha definido el podio de este II Campeonato de Fórmula K1 2006, con RALF como líder sólido, que alza en sus manos el tan ansiado título de Campeón, en la mítica velada de Puccinella, donde Luiggi Rodado y Rustu completaron un cajón muy reñido, que Dani y Vicente saborearon hasta esta última jornada y que ha deparado al final espectáculo y emoción a todos los aficionados y seguidores de este circo de la K1.
Felicitamos desde aquí a los campeones, y al equipo Toyota, campeón de constructores, emplazándoles al III CAMPEONATO DE FÓRMULA K1 de la próxima temporada 2006-2007, con la esperanza de que la afluencia de escuderías sea mayor y no decaiga el espectáculo.
Agradeciéndoles su atención, desde la terraza mediterránea de Puccinela, bañados por la luna de Moxácar y el alcohol, devolvemos la conexión a nuestros estudios centrales.
(j)EFE
